martes, 6 de octubre de 2015

Y USTED QUÉ PIENSA DE LA INFIDELIDAD?







Hablar de infidelidad es súper complejo ya que es un tema trillado, que toca muchas sensibilidades, algo vinculado a creencias religiosas y fruto de miedos e inseguridades.

Para mi, es algo humano, doloroso, pero en ocasiones muy lógico.

Si uno desayunara todos los santos días huevos revueltos, café negro y jugo de naranja, en el mismo plato, el mismo pocillo y el mismo vaso; con seguridad creo que luego de varios años, mataríamos sangrientamente por un esponjoso pancake con Milo frappé y papayita picada.

El tiempo en el matrimonio o la convivencia, va aniquilando las cosquillitas, el calorcito en el pecho y el vacío en el estómago, que son increíbles. El sexo se va uniformando y aunque usted se lea la COSMO todos los meses, aveces llegamos muy cansadas como para pararnos en la cabeza o simplemente, los brazos nos tiemblan para hacer poses de pole dancing! Eso, sin contar con que los ruidos extraños generalmente están prohibidos por la cercanía con las habitaciones de los niños y las barrigas de los maridos van creciendo con la misma velocidad con la que se les va cayendo el pelo!

Es inevitable que los hábitos del día a día se coman muchas de las emociones de una pareja y que hagan que se nos olvide tener tiempo real para la pasión y el romance, en el que saquemos la Esperanza Gómez que todas llevamos dentro, por que todas tenemos un yo bien calentón! no lo neguemos!

Es ahí en que puede pasar que el nuevo de la oficina, empiece a pasear por nuestras fantasías con Sixpack, en boxers blanquitos, pegaditos y lindo bronceado; que haciendo la fila en Juan Valdéz, detectemos al españolete que no se baña mucho pero que es deliciosamente varonil; que nos sintamos tentadas a bajar TINDER a nuestro celular, creyéndonos las más arriesgadas del país; que una sombrita del pasado regrese para mandarnos mensajes pendejos por Whatsapp, o que, alguien nos llegue realmente a gustar!!!!! una cagada sí, pero puede pasar! y no por que seamos malas personas, unas desgraciadas o unas sinvergüenzas, solamente por que somos HUMANAS.

En mi opinión los hombres la pilotean mejor por que jamás se inhiben para mirar a las mujeres y morbosearlas abiertamente, no les da ni cinco de remordimiento invitarle un capuccinito a la colega churra y por que para ellos hemos regalado plena libertad y naturalidad hacía el porno, osea que tienen más elementos de distracción. Nosotras no! nosotras lo que tenemos es la siguiente lista con la cual pelear:

1. Los Hijos y Los papás: nos bajamos 3 kilos tan solo pensando qué dirían nuestros padres si se enteraran que de cuando en vez, nos atrae un hombre distinto al esposo. Nos damos látigo y lloramos en silencio solo imaginando lo malas mamás en que nos convertimos cuando nos arreglamos de más, para que el mengano X, nos regale una miradita y nos haga sentir atractivas otra vez.

2. Las amigas y su chisme: probablemente, la vieja más reputada como esposa fiel, madre abnegada y trabajadora incansable de su parche, también se ha dejado tentar por un man distinto al marido; posiblemente hasta haya caído en esa tentación, pero lo ha escondido muy bien y ama salir a juzgar  a las demás, entonces nosotras nos metemos en la dinámica de las mujeres perfectas que pueden criticar a las imperfectas y al compararnos con ellas, culamente nos concluímos  pecadoras, dignas de todo castigo.

3. La Edad y Los Gordos: aunque sea más razonable que la infidelidad se presente en mujeres mayores que comen los mismos  huevos revueltos con café negro hace 35 años que respecto de las que apenas llevan en el régimen un año y medio, la edad nos saca las más grandes inseguridades del planeta por que nos han enseñado que desde los cuarenta y tantos, las mujeres dejamos de tener  ¨a la amiga¨  inquieta y debemos dedicarnos sólo a ser mamás y a envejecer; entonces, pensar que luego de varios años de matrimonio o noviazgo, nos guste otro pisco, pues nos parece una huevonada de vieja histérica por que a nuestra edad resulta más bien una manifestación de demencia senil! Sin contar con que creemos que ya tenemos las puchecas muy caídas como para que otros las conozcan, nos da bochorno las estrías de la panza que nos dejó cada embarazo, nos paramos en frente del espejo y detectamos el temblor de las nalgas y a su compinche celulitis y por tanto creemos que el desnudarnos ante otro que no sea el que siempre nos ha visto, además de ser un sacrilegio es un atentado visual que puede dar cárcel!  

4. La Religión: adoramos servirnos del o los dioses de cada religión como figuras que imparten castigos y conceden milagros, pero lejos de interpretar las religiones como conjunto de instituciones y creencias para fortalecer las espiritualidad de HUMANOS, entendemos las oraciones y escritos a nuestro acomodo para justificar lo que queremos justificar o para amargarnos terriblemente si es que hemos pecado. En el caso de estar viendo al compañero de trabajo como ¨interesante¨, la religión se vuelve entonces en la regla con la que tenemos que pegarnos en las palmas de las manos, mínimo 3 veces al día, a ver si con eso limpiamos nuestra conciencia.

5. La puta comodidad de los hombres: yo si pienso que las mujeres buscamos sentirnos felizmente enamoradas siempre, mientras que los hombres pueden estar bien, tan solo sintiendo tranquilidad con alguien, sintiéndose estables aunque no salten de alegría al vernos, todo lo cual es completamente diferente. Con esa actitud, vamos perdiendo después de un tiempo, porque no sabemos realmente a qué estamos jugando y es posible que un hombre no se sienta encantado con nuestra cercanía pero le de pereza tomar la decisión de arriesgar su paz por irse con otra que si los maraville pero sea una ruleta rusa. Nos enfrentamos a la terrible condena del amor mediocre que ni fu ni fa.

NUNCA incentivaré a la infidelidad  porque fui hija de un matrimonio que en gran parte se acabó por las aventurillas de mi padre, vi sufrir a mi mamá y quise desaparecer a la ¨otra¨;  también porque en carne propia, sufrí mucho la infidelidad de alguien a quien quise hace años. Lo que hoy quiero decir es que la suma del tiempo, la costumbre, la naturaleza, la falta de espacios en pareja y la pérdida de sensualidad de los esposos después de ciertos años, pueden a través de un tercero, sembrar en su cabeza y su corazón, sensaciones extrañas capaces de revolucionar el cuerpo y el alma de cualquier mujer y eso no es para mi, sinónimo de locura o libertinaje, no es un delito, no niega a su Dios ni mucho menos la convierte en la mala mamá o mala hija, es tan solo UNA ALERTA QUE DEBE ATENDER.

Recuerde que usted está hecha también de instintos que no desdibujan todo lo bueno que ya ha hecho en la vida.

No se trata de permitirse o perdonar en el otro las relaciones paralelas, no se trata de promocionar el establecimiento de sucursales permanentes, porque lo que si no se puede jamás es hacerle daño a sus seres queridos, especialmente a los hijos, pero en ocasiones, dejarle la puerta abierta a tener nuevas emociones puede llevarla a descubrir alegrías nunca antes sentidas en brazos de otra persona y por tanto al final de una relación incompleta o imperfecta, lo cual es muy válido, usted también merece ser realmente FELIZ.

O por otra parte, puede conducir a que, en una no tan afortunada casualidad usted se deje seducir por los besos de otra persona y los sienta fascinantes pero no determinantes, entendiendo nuevamente que que las relaciones de pareja perduran en el amor más que en la sexualidad. En ese caso,  aférrese a esas nuevas percepciones, no para cultivar la deslealtad, sino para aplicarlas a su matrimonio o unión. Despójese de las culpas y más bien, empéñese en fortalecer la pasión y la intensidad de la piel y los labios para así retomar el compromiso con su pareja  hasta que la muerte  los separe y darle una nueva era a esa comunión vieja y cansada que necesita que el motor otra vez esté encendido!