viernes, 9 de septiembre de 2016

CUÁL ES EL AMIGO PERFECTO PARA NUESTRO HIJO?




El sábado pasado, mi hija Miranda de 4 años y tres meses, me contó mientras se bañaba y como especie de secreto para que el papá no la oyera, que una de sus amiguitas cercanas le había dicho que no quería jugar más con ella y eso la tenía muy triste. Le pregunté el por qué y me respondió que la niña dijo que su mamá le habría pedido expresamente que jugara con otras niños y no con Miranda.

Ella, con sus escasos años suspira y me regala esta frase: ¨que triste mami, a mi amiguita se le olvidó toda la diversión que teníamos juntas cuando jugábamos¨.

Esa conclusión me llevó entonces a un mensaje enviado por mi amiga María Andrea, quien hace unos días me pidió que tocara el tema de qué tipo de amigos queremos nosotros como padres para nuestros hijos.

Debo ser honesta, con el tema éste de Miranda se me rompió el corazón. Pensé cuál sería la razón por la cual una mamá, adulta, podría decirle a su hijo que no juegue con mi hija, si ella no es una niña mala, simplemente por que los niños ninguno es malo y menos a los 4 años, pero además por que no es conflictiva, no es brusca, dice ¨porfavor¨ y ¨gracias¨  (mecánica obligadísima en nuestra casa); comparte la mayoría de las veces y es tierna con sus compañeros. Obvio, no es perfecta, aveces es caprichosa, otras mandona, acaricia a los niños sin preguntar si les gusta o no que los toquen, ama locamente a las princesas y varios temas bien raritos como los animales salvajes de la India y el Amazonas o el antídoto en caso de picaduras.

Pero es que el tema va mas allá y es de nosotros como papás. Qué esperamos o queremos nosotros? Elegimos a los amigos de nuestros hijos pequeños? por eso al ser adolescentes y elegir ellos mismos sus propias amistades es que chocamos tanto? qué criterios tenemos para dejar que nuestros niños se relacionen?

Qué tan difícil o necesario es hacernos amigos de los papás de los niños que crecen cerca de nuestros hijos? Eso cómo se hace? qué tanto debemos participar en esos grupos de whatsapp que deciden la vida de nuestros chiquitos? debemos encajar los adultos para que los nenes sean felices?

Creo sinceramente que en lo primero en que pecamos es pensando que será mejor amigo de mi hijo, el niño de padres a los que llamamos de forma muy odiosa y fea ¨como uno¨. Qué es gente como uno? que coman lo mismo? que tenga el mismo nivel de educación? que su casa tenga la misma clasificación de catastro que la nuestra? estamos hablando de valores y principios? de religión? convicción política? edad? tipo de familia? dinero?

Pensar así, implicaría que elegimos los amiguitos de nuestros enanos unilateral y racionalmente, basados en que los papás de los niños nos parezcan afines, pero se nos olvida detenernos a pensar que nuestros retoños no sienten igual ni ven la vida igual a nosotros, precisamente por que son seres independientes con treinta y pico de años menos y libres de todo prejuicio, gracias al cielo!

De otra parte, pecamos también cuando el criterio se inclina por nuestros sentires, creyendo que nuestros niños deben reservarse para ser amigos verdaderos, de los hijos de nuestros amigos!!!!!!!!!
Y por qué no? No hay mejor plan en el universo que salir a almorzar, de viaje o parcharla en la casa de nuestros más íntimos compinches, a los que llamamos con apodos, los que saben nuestros secretos y nuestros defectos, los que ya se integraron con sus esposos. Es el escenario ideal!!!! es tener nuestro mejor mundo! amigos y familia al tiempo!!!!! pero... estamos pensando en nuestra diversión o en la de los peques?

A mi no me ha pasado por que mis mas grandes amigas, ninguna es mamá, pero si me ha sucedido que, he conocido personas que me agradan mucho, con las que me siento cómoda hablando y compartiendo, pero Miranda no tiene la más mínima conexión con sus hijos. Plop!

Un último, pero a mi modo de ver,  el mas craso error, es elegir las amistades de los hijos en función de propiciarles  ¨buenas relaciones para el futuro¨!!!! Esto es lo más pendejo! y lo digo por que pensar que el niño Pepito Pérez será un buen contacto en 23 años y ayudará a la vida de mi hijo, es predecir el futuro con bola de cristal o baraja española. Seguramente el criterio será que el niño hoy es hijo de político, de empresario millonario, de cantante famoso, de científico galardonado o deportista que no derrochó sus premios. Pero qué vamos a saber si el niño al crecer se convierta en tremenda oveja negra que resulte incluso perjudicial para el nuestro? Qué vamos a saber si los papás quiebran y en 15 años nos están pidiendo a nosotros más bien que les colaboremos con un puestico? Qué vamos a saber si hoy son políticos probos, pero en un tiempo terminan siendo tachados o condenados por corruptos? Que vamos a saber si el niño elegido para ser el amigo, crece entre los mayores lujos y posiciones pero decide ser un vago? Qué vamos a saber si el papá da positivo para dopaje en la próxima prueba?

Eso queremos para nuestro peladito? incluirlo en una esfera que depronto no sea lo que consideramos mejor, pensando que en el futuro pueda acceder a un buen puesto? cueste lo que cueste?  

Concluyo de todo esto diciendo que mi mejor amiga, con la que hablo al menos una vez al día sin cansarme, con la que río, lloro y me desahogo. La que me da alegrías y aveces también me ha sacado el mal genio, viene de una familia distinta a la mía. Ella es atea hasta la muerte y yo creo mucho en Dios por temporadas. Su madre trabajó toda la vida y lo sigue haciendo, mientras que la mía fue una linda ama de casa. Su padre un académico, el mío un hombre de empresa y de negocios. Y nosotras, somos amigas del alma desde muy pequeñas. Mi mamá no me la eligió, mi papá tampoco, YO le pedí a los 5 años que si jugaba conmigo a la rueda, por que vi que la estaba pasando de lo más bien y ella dijo que si. Desde ese entonces nuestro único criterio e indicador de amistad, es ser felices juntas.

Creo que debemos despojarnos de nuestros gustos, preferencias, miedos, costumbres, ideas, sueños y proyecciones, para que nuestros hijos se acerquen a los niños que más alegren sus días. Con los que se maten de risa. No necesitan ser niños veganos, niñas feministas,  socios de un club, hijos de un CEO, visitadores de la iglesia cada domingo, de Izquierda o de Derecha. Entendamos que a los 3 o a los 5, los niños no pueden diferenciar entre Frida Kalho y Cenicienta, entre Obama y Mario Baracus. No serán bruticas si sueñan con ser Rapunzel, ni más intelectuales si recitan de memoria parlamentos que tú les enseñas sobre la igualdad de derechos. 

NO! los niños lo único que quieren es reír! con los Gnomos, Petete o Superman! y vale la pena que encuentren el socio perfecto para eso, para gozar la vida! 

Lo importante es permitir que se acerquen a quien los motive a madrugar cada mañana solo por que el colegio es divertido gracias a su compañía, sin importar qué credenciales tenga su padre o qué tan querida sea su madre. Abrirle espacios al niño que los respete, al que los cuide si se caen, sueñe con dragones, súper héroes y coronas. No hacerle el feo a la mamá que por petición de su hijo, quiera visitar tu casa o te invite esmeradamente a la suya  para compartir más con tu chiquito. Vale huevo si esa mamá no se hace las uñas en El Nogal o si no es una gran ejecutiva, por que lo divino es que quiere que su tesoro más preciado esté con el tuyo.

Los niños tendrán tiempo para no comer azúcares ni gluten, tiempo para pensar en no hablarle a perencejo o perenceja, tendrán tiempo para hacer lobby por un salario, incluso con tristeza digo, tendrán tiempo para discriminar;  pero los días para disfrutar desde la inocencia y la libertad, si tienen caducidad y nosotros en vez de buscarles el amigo perfecto con base en nuestras obsesiones, deberíamos darles energía y apoyo para que aprovechen cada instante con las personas que su corazón elija!