viernes, 28 de agosto de 2015

NO MÁS ANTIURIBISMO Y ANTISANTISMO, NO MAS BOBADA!






No soy politóloga, no soy periodista, no soy historiadora, pero sí soy una colombiana promedio, harta, MAMADA, de la pendejada nuestra de atacar y criticar todo lo que unos y otros hacen, sin lograr verdaderas soluciones para nuestro país que cae cada vez más hondo.

Para mi, tanto Uribe como Santos, son cómplices de muchas muertes y muchas injusticias. Tanto el paramilitarismo como la guerrilla son infames, inaceptables y asquerosamente criminales.Unos y otros están untados de corrupción de cabeza a pies, unos y otros se alimentan de la confrontación para ganar adeptos y facilidades que les den permiso para delinquir.Unos y otros han comprado políticos para existir.

El megáfono de Uribe es igual de manipulador que los comerciales de televisión del Gobierno que dicen que los desplazados jamás tuvieron ayudas hasta que Santos no fue presidente.

Perdón si esto suena feo, pero son muertos injustos los falsos positivos y también los que han fallecido por tiros, torturas, golpes, secuestros, minas antipersona, emboscadas e incendios provocados por las FARC.

Familias poderosas e inequitativas con ansias de mayor riqueza sí le arrebataron las tierras a nuestros campesinos desde sus puestos de mando y cargos directivos, pero esos movimientos de defensa del pueblo herido y afectado, se sirvieron de la misma sed de poder para empezar a extorsionar, plantar coca, traficar armas, abusar de mujeres, reclutar menores y volar oleoductos. Tanta fuerza criminal los invadió, que un nuevo grupo de indignados tuvo que nacer con la intención noble de defenderse ya que el Estado no les brindaba la protección que necesitaban y en el curso de su camino de auto-protección, se toparon también con la avaricia y la sevicia; con las ganas de dominar y de enriquecer sus maletas, entonces, volvimos a sufrir otra modalidad de violencia no menos detestable.

Defender e ignorar la peligrosidad y el daño de guerrilleros, paramilitares y gobernantes corruptos, es igualmente nauseabundo, pero aún más, si los amores y creencias nos llevan a atacarnos entre quienes no somos actores directos del conflicto, por que también desde las redes sociales nos volvemos un problema agrandando el problema.

Cuál es la pendejada de estar atacándolo todo? Critique, opine, pero no ataque!

No se puede olvidar que el irrespeto al otro, a sus opiniones, a sus preferencias, a sus bienes, a sus posturas, es la causa principal de agresiones y violencia entre nosotros.

En serio, de los mercados y ayuda que está dando Uribe en la frontera, lo más importante es que ese señor es un oportunista? Marica, por Dios!!!!!!!!!!!! un niño de un año y medio murió ayer de apendicitis por que no pudo tener atención médica! Vale tres pesos de quien vengan las ayudas o para qué se está ayudando, lo verdaderamente importante es que la gente muere de hambre y si esos mercados calman el dolor de estómago que produce no comer, que vengan de quien vengan!

Qué pasaría si el que tiene hambre fuera su hijo? o su mamá?

Disculpen pero si de oportunismo hablamos, no hay nada más oportunista que hacerse elegir como presidente con los votos puestos por el Uribismo y después de ser elegido negar el vínculo con quien lo eligió! Oportunista es, gastar los recursos de los tributos que pagamos para untar las manos de otros con mermeladita y facilitar un segundo periodo, para luego decir que debe prohibirse la reelección!

Oigan, dejemos de tapar los errores propios con los errores de otros. TODOS la embarramos una y mil veces y de verás arremeter contra los demás no es la solución, es sólo una herramienta de bobos solapados que le da un pésimo ejemplo a los niños que estamos criando.

Iván Cepeda y Piedad Córdoba defendiendo el éxodo forzado y violento de Colombianos desde Venezuela son una muestra de irracionalidad y resentimiento que niños inocentes están sufriendo. Sus discursos son tan lesivos como la grotesca impunidad del Uribismo por las chuzadas del DAS, por la Yidispolítica y el jaquer Andrés.

El Procurador es tan inquisidor como lo es Montealegre, los dos son tan sedientos de control y mando que producen el mismo riesgo.

Pero lo más triste es que como ellos, usted o yo somos igual de hampones si apenas vemos un comentario grosero contra nuestras creencias, respondemos con una grosería más fuerte. Seamos responsables por los errores de los gobernantes que NOSOTROS mismos elegimos, por que fue nuestro voto quien ha mantenido a dos inescrupulosos en la presidencia desde el 2002 y es nuestro silencio el que nos ha mantenido en la misma problemática. Iban primero de la mano jodiendo a una parte del país, siendo presidente y ministro mejor amigo y ahora van dándose palo, jodiendo a otra parte y nosotros como soldaditos de una polarización absurda, nos la pasamos lanzando insultos y críticas que en nada ayudan, pero que si fortalecen esa rabia animal que hace que los Colombianos seamos temidos en el resto del mundo.

Si uno trabaja fuerte y logra ganar bien a punta de trabajo honesto, eso está muy mal por que pobrecitos aquellos que no tienen nada. Entonces los menos favorecidos, odian terriblemente a quienes tienen mejores opciones. Los tratan entonces de robar repetidamente, creyendo que no se merecen nada de lo que tienen y entonces los mas ricos pretenden que por arte de magia, se haga una ¨limpieza¨ que saque de las calles a esos ladrones que no sirven para nada. Pero es que, la vaina no puede ser así!! Si usted es tan de izquierda y quiere igualar los ingresos y oportunidades entre todos, entonces saque también de su bolsillo y ayude a todos los que lo necesitan. Y si usted es tan de derecha que cree que el país está lleno de desadaptados vagos que no son sino parásitos, entonces dese cuenta que nos todos tuvieron la misma fortuna que usted  tuvo y en vez de juzgar apresuradamente, saque también de su propio bolsillo y ayude a que otros puedan estudiar y salir adelante, para así cooperar.

Por ejemplo, piense que si los que más tienen no pueden trabajar y lograr el establecimiento de empresas, no va a haber empleo, y entonces cómo comemos? con qué educamos a los hijos? Pero también piense que si usted da empleo, debe afiliar a sus trabajadores a seguridad social, debe respetar la jornada máxima de trabajo, no los debe explotar!

No sigamos en esta dinámica triste que más que una patria boba, nos mantiene como una comunidad destinada a matarse entre sí. Deje de criticar y más bien reconcíliese, póngase en los zapatos del otro  y ayude caray!

jueves, 20 de agosto de 2015

POR QUÉ UN NIÑO COLOMBIANO DEBE DECIR GRACIAS Y POR FAVOR



Los colombianos somos por naturaleza una sociedad compleja, con matices raros y contundentes. Nos hemos autoachacado la fama de comunidad amable, amistosa, querida, jovial, que acoge a los extranjeros, con el castellano más pulido de latinoamérica y muy bien educada; pero, en la vida real, somos así?

La verdad de las cosas es que se nos ha perdido la sonrisa y la amabilidad de otros tiempos. Particularmente los Bogotanos,  en medio del caos capitalino y sin distinciones de género, nos volvimos expertos en insulto callejero a grito limpio, bien desde el carro o bien desde la calle, con o sin groserías; reacción agresiva inmediata, tengamos o no razón; careculismo crónico tanto en la mañana como en la noche; quejadera habitual, porque sí, porque no y porque también; barbarie repentina desbordada, contra el prójimo, contra los animales, las estaciones de transmilenio o contra los auxiliares  de policía; Desconfianza máxima, porque a casi todos le vemos pinta de ladrón; y amor por la grabación y posteo de insucesos en taxis; pero amables muy amables, no me parece que seamos.

En medio de ese comportamiento frío y algo demente, he detectado que en Bogotá ha disminuido el uso de las denominadas ¨Palabras Mágicas¨: Por Favor, Gracias, Permiso y Disculpas, que por lo menos para mí, son fundamentales.

Haga el ejercicio de analizar por todo un día a la gente y se dará cuenta que son muchos los que reciben sus productos en una tienda o café, pagan y no dicen nada de nada, si acaso miran! Piden servilletas, tapas, azúcar, mezcladores y demás, sin la delicadeza de un por favor. Pasan y si no caben, no se les ocurre pedir permiso sino que prefieren pegar con el hombro, con el paraguas o con el morral gigantón que aman llevar de lunes a viernes, para abrirse espacio y casi nunca piden excusas por el golpe. Quieren entrar a un ascensor y les importa un carajo el cuento de dar prioridad a ciertas personas por que si ven 10 cms libres, se meten y empujan hasta caber, sin importar si con la cremallera de su chaqueta le chuzan el ojo al bebé que va cargando una mamá con 6 meses de embarazo; si van en bicicleta y los peatones nos cruzamos sin querer, nos chiflan en el oído como arriando ganado, y si van en moto y uno está cruzando la calle, presionan el acelerador para angustiarnos con el sonido y luego reírse.

Lo más impresionante es que los padres desde nuestro egocentrismo, hemos prolongado y alimentado esos feos hábitos en los niños. Rara vez me topo con chiquitos que recuerden hacer sus solicitudes pidiendo el favor o permiso, y mucho menos, pequeñitos que entiendan con tranquilidad que el mundo no gira a su alrededor. La costumbre de la mayoría de nuestros niños es exigir lo que desean, sin mayores reparos: ¨dame tal cosa!¨, ¨quiero ir a tal lado¨, ¨cómprame ésto¨. 

Los papás nos hemos centrado en hacer todo lo que nuestro hijo quiera o se le ocurra, y ellos se han aliado con los abuelos y tíos sin hijos para lograr lo que desean, sin mayor dificultad. Son pequeños dictadores no acostumbrados a oír un NO, expertos en manipulación, drama y en posar para una foto, sin importar dónde estén.

Cuando era pequeña me daban muchos gustos pero no recuerdo jamás que el día a día de mis papás girara en función de mi diversión, entretenimiento y mucho menos querer. Si mis padres tenían que ir al banco, donde el contador, a hacer mercado, reclamar la pensión de la abuela y demás ¨diligencias o vueltas¨, a uno le tocaba aguantarse el día sin decir nada. El restaurante no lo elegía yo ni mi hermano menor y mucho menos el destino de las vacaciones o el canal de televisión. Me abrían los ojos y me fruncían fuertemente el ceño si no agradecía o si no pedía amablemente favores, y no por ello estoy traumada o he sido infeliz.

En cambio ahora, los papás vivimos planeando qué hacer los sábados y los domingos, en función de alegrar y complacer a los niños, entonces nos metemos a hacer la fila de 8 horas en Divercity; reservamos con 45 días de anticipación para ver los Cuentos de Rafael Pombo en Gaira, aunque en ellos un desayuno cueste lo mismo que el recibo del agua; nos volvemos amantes del pic-nic, solo para llevar al niño al parque; y, le dejamos nuestro sueldito a Andrés Jaramillo, cada domingo en su muy modesto restaurante con tal de tomarle la foto al niño con la cara pintada.

Creo sinceramente que nos hemos centrado en analizar una y mil veces las bondades de la leche materna, en leer sobre cómo manejar la frustración en los bebés, en armarles una dieta balanceada sin gluten y con productos orgánicos; en satanizar el uso del IPAD, en descubrir cómo mejorar el sueño de los menores o en escribir o leer  sobre nuestros sentimientos de padres,  pero en tanta pendejadita múltiple, se nos ha olvidado enfatizar en lo más simple y fundamental de todo, los buenos modales! La educación!

Por educación no hablo solamente de revisar todos los rankings de jardines y colegios para elegir el de mejor reputación o puntaje (cueste lo que cueste), a meterlos a cursos de idiomas y mil deportes, a llevarlos de gira por el mundo para culturizarlos desde el primer mes de vida, sino también a retomar la urbanidad y los valores que incluso en nuestras generaciones ya se empezaron a olvidar. Si usted ve Masterchef Junior, puede percatarse fácilmente que hay niños desde los 8 años, altaneros con sus compañeros, que gritan si no se hace los que creen correcto, que lloran ante la más mínima contrariedad y personalmente creo que es porque los papás nos hemos esforzado por hacerles creer que son príncipes y princesas que deben vivir en una urna de cristal, con mayordomo y ama de llaves y un presupuesto inagotable. Tengo clientes con niños en el Nueva Granada y clases de Golf en las tardes pero demandados para restituir el inmueble que habitan y cuyo arriendo no pagan hace 2 años!

No digo que no hayan mil temas de crianza importantes para leer, que el mundo ha evolucionado y que la mayoría de los padres sólo queremos lo mejor para nuestros hijos, pero parte de darles bienestar es también enseñarles que no están solos en la vida y que su contexto o alrededor merecen respeto y consideración, tanto como ellos lo exigen.

Es importante enseñarles que para comprar juguetes, ir a parques, visitar sus restaurantes favoritos, se necesita trabajar y obtener una remuneración, que el dinero no surge espontáneamente y que los cajeros automáticos no son la lámpara mágica de Aladino.

Pero para ello, empecemos desde el ejemplo, desde nosotros mismos, desde nuestra forma de actuar y de reaccionar. Si alguien mira fijamente a su hijo cuando el niño hace un berrinche y le pega a las sillas, no se ponga bravo! La persona tiene razón en mirar con asombro, su hijo está teniendo un comportamiento inadecuado y usted debe reconocerlo, corregirlo y evitar que se vuelva a presentar. No reaccione también usted con un berrinche. Aprenda a aceptar la crítica a sus hijos.
Si su adolescente consume pegante en el colegio, se huele el extinguidor o se inyecta el liquid paper, no es sólo culpa del colegio! Es que su muchacho tiene una conducta gravemente equivocada y en vez de demandar al Distrito, usted debe correr a atender dicha conducta lo antes posible, examinar su hogar, estudiar su conducta y la de su esposo para ver si ello ha influido.
Si su hijo atropella a un peatón por manejar borracho o robarse el carro sin  tener aún licencia, la víctima es el atropellado, no su chiquito que es atacado por los medios de comunicación! Quítele las llaves del carro y repréndalo por irresponsable, pero no se ensañe con el locutor que lo entreviste, con el Alcalde ni con Santos, no pretenda echarle la culpa a la televisión o el internet, pero sí tenga en cuenta que usted jamás podrá coger un carro si ha tomado.

Enséñele a sus hijos que los meseros de un restaurante le llevan el plato de comida a su mesa pero no son esclavos, precisamente, ejercen un oficio que debe agradecerse. Que a las empleadas domésticas no se les grita, que los porteros cuidan su casa y no se les debe subestimar;  que los profesores no son sus guardianes ni mucho menos sus ángeles de la guarda, por tanto, no son responsables de sus actuaciones; que las personas que les rodeamos no tenemos que aguantar sus gritos y que no hay nada más mágico y enriquecedor que decir gracias y porfavor!

Pero enseñe desde su propio comportamiento. No sea guache, no haga mala cara porque sí, piense en los demás, no se centre en sus propias necesidades pasando por encima de los otros. No culpe a los demás por lo que le pasa. No busque responsables de las desgracias auto-causadas. Entienda que es más importante que su hijo sea un caballero y su hija una damita, solidarios, cooperadores y educados a que sean los reyes de la fiesta de cumpleaños!


PORFAVOR CAMBIE SU CARA DE OJETE, SONRIA Y SEA CORDIAL! SE LO AGRADECEREMOS!

jueves, 13 de agosto de 2015

LAS HUEVONADITAS DE CONVIVIR HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE




Casi todas las película divinas y los grandes novelones terminan justo en el momento en que los protagonistas logran superar todas las barreras para estar juntos y se asume que vivieron por siempre felices, pero, son pocos los cuentos que nos dejan ver la verdad verdadera de vivir en pareja, de qué es lo que pasa después del beso delicioso y apasionado de la escena final.

Cuando nos quedábamos en la casa del uno los miércoles y en la casa del otro el fin de semana, todo tenía un especial encanto. Podíamos volver a nuestro lugar, tener espacios exclusivos, sacar nuestras peores costumbres en privado y dormir junto al chico(a) de cuando en vez.
Otra cosa es cuando esto ya no es un privilegio esperado sino algo normal que deja de ser tan mágico.

Creo que una de las grandes consecuencias de compartir casa con una pareja por más de 1 año es que los hombres tienden a volverse como bebitos dependientes y las mujeres nos vamos volviendo unos Sargentos pasivo-agresivas.

Después de un tiempo, el hombre nunca encuentra nada en la casa, ni se acuerda de cosas. Solo saben donde está su ropa, que la comida se guarda en la nevera y dónde está el botiquín,  pero intente un reto más difícil y verá.

Si usted le dice: ¨ Churro, porfa tráeme una aguja y un hilo para coserle el botón a esta camisa que se le cayó¨, yo le juro que él le va a contestar: ¨Vale, pero dónde están las agujas y los hilos?¨, aunque la ha visto a usted un trillón de veces sacar la cajita de los hilos y que además ya se la ha traído antes, él por una rara razón que yo no entiendo, no tiene idea dónde se guardan los hilos en la casa. Pero adicionalmente, lo más probable es que 3 minutos después vuelva con cara de distraído y diga: ¨No, ahí no estaban los hilos, no los encontré!¨. No sé por qué demonios, pero ellos van, hacen que buscan y nunca encuentran nada.

Usted, con algo de fastidio, recita la frase que su mamá le solía decir cuando era chiquita: ¨No me hagas parar que estoy 100% segura de que ahí está la caja¨. Él, reafirma que no, que ahí no estaba. Usted, se para de su silla, que era justo lo que no quería hacer, va, medio abre el cajón y desde lejos ve la pinche caja!

En cuanto a su memoria, aunque no tengan ni 60 años, todo se les olvida. Ni idea cuando es la reunión de padres, a qué hora es la cita médica de los chinos, cuándo tenemos que hacer mercado, cuándo se le paga a la niñera, cuándo es su aniversario, etc. Pero paradójicamente, como por arte de magia, te dicen: ¨quiero llegar rápido que hoy juega el Cali con Patriotas¨ .... qué? qué es eso de Patriotras??? a quién le importa?, de eso si se acuerda??

Una vez logramos la decoración que creemos espectacular para la casa, se nos va metiendo un engendro controlador en el cuerpo, con tintes de obsesividad y cantaleta. Nos memorizamos la posición y ángulos exactos de cada objeto y cada mueble de la casa y nos hierbe la sangre si llegamos y el cojín está caído, el adorno ladeado o si el señor dejó los zapatos y sus ¨accesorios¨por ahí regados.
Entonces, se nos sale esa lorita puntiaguda y aburridora tendiente a manifestar que la casa está hecha un chiquero, que él ni se da cuenta, que le da lo mismo si las cosas están divinas y relucientes a si están ahí medio arregladas, que no colabora en nada, que si llega alguien todo está a medias, etc, etc, etc.
Esto se potencializa en función a la idea que nos surge de que todo tiene su puesto. No entendemos por qué la cobija con la que se tapó anoche mientras veía su partido, amaneció hoy doblada pero muy puesta en el descansabrazos del sofá... ese no es el puesto de la cobija carajo!

Lo peor, es que para ellos no es un gran rollo, porque les queda muy fácil acumular hasta 3 sacos colgados en el perchero (el del sábado, anteayer y el de ayer), el libro que están leyendo en la mesa de centro de la sala justo encima de la revista que leyó hace un mes, las gafas encima del comedor al lado de la billetera, las llaves, la tarjeta de entrada de la oficina, los audífonos y el celular; más de 10 recibitos o papelitos de los dulces pagados y comidos en los últimos 15 días sobre la mesita de noche y una corbata enrollada encima del comedor auxiliar. Simplemente, porque ellos dejan todo en el primer lugar donde llegaron! no en su puesto!

Se pierde el pudor requerido para el coqueto romance. En un principio, nos cuidamos de no tener ni un cuarto de lagaña en los ojos, nos echamos Listerine 4 veces después de bañarnos los dientes, nos se nos escapa un pedito nisiquiera en la peor de las intoxicaciones, nos mantenemos sin pelos faciales, plenamente acicalados y perfectamente comportados. Pero, arruncharnos y despertar juntos después de un año ya no es un increíble acontecimiento, es la misma vaina de todos los días, entonces, la delicadeza se va desvaneciendo.

En la mañana, nada impide que pasando por ahí, lo vea con la máquina quitándose los pelos de la nariz, y si usted se queda cerca, con seguridad que le muestra las fosas nasales y le pregunta que si le quedaron bien.

Tampoco es completamente raro que usted deje de depilarse las cejas o no se quite el maquillaje en las noches por pura pereza, aunque sabe que al despertar tendrá los ojos negros y con masacotes nada atractivos.

Las pijamas dejan de ser algo pensado y sin problema el hombre se le pone camiseta de microfútbol para dormir o la que le dieron en la media maratón y usted se zampa su saco de sudadera gruesa de algodón talla XL de hombre, en el que decide perderse por el frío bogotano.

Aunque les pueda molestar, será muy  posible que usted los pille acomodándose las turmas, que aveces no cierren la puerta cuando entran a hacer pipí y que muy calladitos dejen escapar un gas, haciéndose los pendejos como si no tuviéramos olfato! Usted, ya verá que también será tan capaz de ponerse sus calzones preferidos aunque nos les quepa una mota más. Todo, sin la más mínima vergüenza!

Resalta la dinámica del capricho. Las mujeres somos por naturaleza muy caprichosas y berrinchudas, nos gusta llamar la atención y que las cosas se hagan como creemos correcto, pero JAMÁS lo llegaremos a reconocer así. Al ser concubinas o esposas, el síndrome se multiplica y le damos mucha vuelta a todo pero al final resultaremos decidiendo y haciendo lo que queremos y a los señores como les da mamera entrar a argumentar y les terminará gustando lo que decidamos, por que de alguna forma también por eso están con nosotras, ni se molestan en hablar, se funden más bien en su  abstracción conveniente y la verdad, les vale huevo! Los hombres aman la ley del menor esfuerzo y la no pelea y eso se les vuelve una especie de pasividad mutante después de convivir.

Así las cosas, hay muchos hábitos de casa sistemáticamente tontos. Por ejemplo:

- A dónde vamos a almorzar hoy Gorda?

- No sé de qué tengo ganas pero quisiera comer algo rico, te lo dejo a ti, decide tú.

- Pero es que lo que yo decido casi nunca te gusta o te cae mal.

- Noooooo fresco, no hay rollo,  no sé ni qué quiero.... escoje algo que te guste a ti.

- Súper ! vamos a Fulanitos a comer Chuletica Valluna.

- Uy no, es que no quisiera como tanta comida.

- Ok, Entonces vamos a comer Costillitas BBQ!

- Mmmm pues no sé, tenía más ganas como de un Sandwichito...

El hombre entonces, sigue manejando sin rumbo, entrando ya en su importaculismo crónico hasta que tu pendejada también crónica te hace decir: ¨ No ya sé! vamos a comer pastica que me encanta¨.

El man con cara de ojete se repite mentalmente: obvio! al final hacemos lo que ella quiere siempre, pero como yo como de todo y todo me gusta, vale huevo!


Con todo esto, es posible que los que están por irse a vivir con su gran amor crean que la historia solo será buen sexo, abrazos tiernos y guerra de almohadas al mejor estilo de Drew Barrymore y Hugh Grant, pero la verdad es que también se generarán tiempos fuertes y pendejaditas a tener en cuenta en cada pareja, que claro son una pequeñez frente a la emoción y el valor de construir un hogar.

No cambiaría nunca mi estado actual de casada, quiero verlo envejecer a mi lado por que estoy convencida de que mi mejor decisión fue compartir mi vida, pero una que otra vez, todas estas cositas, le sacarán canas verdes!!!!