jueves, 25 de agosto de 2016

Las 5 pendejadas de Mamá sobre la Paz


En mis palabras, sin pretensiones y sin críticas a nadie, desde mi posición de Colombiana, de 36 años, que perdió un familiar que amó por causa de la violencia extrema de este país y que vio disminuido el patrimonio de su familia por obra de las guerrillas; me permito dar mis conclusiones sobre la situación actual:

1. Un acuerdo de paz, es realmente un triunfo para una sociedad acostumbrada a actuar de forma violenta, a permitir la violencia, a legitimar e incluso endiosar a los violentos y a enseñar a reaccionar violentamente.

2. El acuerdo de paz, a pesar de su gran ego, no es una proeza de Juan Manuel Santos, ni lo convierte mágicamente en un buen gobernante (son miles las embarradas que podemos contarle). Este acuerdo es el resultado de muchísimos factores como el excelente y arduo trabajo de un equipo negociador, juicioso y preparado; del debilitamiento de las FARC por acciones de Gobiernos pasados; del apoyo de muchos Colombianos absolutamente cansados de seguir siendo desplazados y de ver morir a sus familias; de la colaboración de otros países y organismos multilaterales; y creo también, que de la desesperación de muchos guerrilleros que quisieran una vida mejor.

3. Es absolutamente natural sentir desconfianza y miedo. Los miembros de las FARC han creado minas para mutilar personas, han amarrado gente de los pies y del cuello en medio de la selva, han violado mujeres desde muy jóvenes, han exhibido la cabeza o extremidades de un hombre para demostrar poderío; han robado tierras, han extorsionado y han colaborado a que muchos de nuestros jóvenes sean adictos a las drogas. Es válido para cualquier Colombiano preguntarse si personas tan macabras realmente pueden cambiar y cumplir las normas sin delinquir. Pero mucho más válido, sentir miedo de darles trabajo en nuestras casas o nuestras empresas. Esos interrogantes no son ni mezquinos ni mucho menos ignorantes.
Pero además por que es notablemente difícil lograr esta articulación soñada de grupos de personas tan diferentes, más si entre los más educados y con mejores condiciones, se la pasan descalificándose por todo, discriminándose, juzgándose y ahora, tachándose de burdos ateos o religiosos exagerados, pro-LBGT o contra-LGBT.

4. Lo de ayer es solo el punto de partida. Entonces nos falta también un proceso aún más complejo que la negociación y para ello, Colombia necesita la colaboración de todos, por que es muy fácil hablar de paz en Facebook y creerse un gran filántropo desde sus casas en París, Nueva York o Berlín, donde todo funciona y nada tiene verdadero caos como sí se vive aquí. Es indispensable que en estos tiempos donde la corrupción es tan grosera, se tome conciencia de que además de conflicto armado, a nuestro país se lo comen los corruptos y la falta de acción de los más valiosos. Los que tienen muchísimo dinero y no pagan los impuestos, los que engañan a sus trabajadores para no pagarles horas extras o volarse las prestaciones sociales, los que pagan a políticos para ganar contratos o ser nombrados en altos cargos acabando con el erario público, los funcionarios que piden ¨coimitas¨ para sacar licencias o resoluciones a favor; y por lo tanto, para que la gran PAZ funcione, necesitamos que la conducta criminal de los que roban con puñal y los que roban desde el congreso o con sus cuentas en Cayman, vengan y cumplan con el rol de buenos colombianos.

5. De dónde saldrá la platica para ejecutar el acuerdo de paz y cumplirle las promesas que Santos le hizo a quienes más lo apoyaron?  Si no se atiende a la economía nacional YA, no tendremos capacidad para tributar! Si no se ataca la evasión, los que sí pagamos acá, nos vamos a reventar.


Yo después de mucho pensarlo, voy a votar SI, por que no me perdonaría votar en contra de la posibilidad (aunque es solo eso, una opción probable) de un país mejor. Si fracasa el intento, sabré que al menos hice parte de quienes probaron con esperanza, en mi caso de que Miranda no deba irse de acá para vivir tranquila, sino quedarse y tener las mismas oportunidades.

Sin embargo, JAMÁS apoyaré a las FARC en su dimensión política y no creo en la izquierda propuesta por Piedad.