viernes, 24 de abril de 2015

CARTA PARA MI HIJA





Otra de las cosas que nadie enseña y ningún libro describe es la preocupación o angustia que un padre puede sentir cuando se entera de que su hijo está enfermo o puede estarlo.

En lo particular, muchas veces sentí que no era una mamá tan extraordinaria como todas las demás, por que no llegaba a sentir esa sensación  de amor excesivo, gigantón, ilimitado y muchas veces exagerado que solían describir en cada reunión o cada post. Siempre he adorado a Miranda, he planeado mi día a día en función de darle lo mejor que puedo y mi mayor dedicación, de procurarle un lugar lindo y organizado para vivir, buenas personas para que la acompañen, un jardín competente y de valores para que nos ayuden a enseñarle, pero en el fondo no había encontrado jamás esa emoción avasalladora de la que todas hablaban e incluso en varias oportunidades he deseado tener la chicharra paralizadora del Chapulín Colorado para congelarla.

Hace 2 días nos confirmaron un primer diagnóstico que nos negábamos a aceptar, y Miranda tiene problemitas con su salud, debe ser medicada de forma permanente por los próximos años y hasta que los médicos lo decidan.

No es una enfermedad terminal gracias al cielo, pero si una condición que suele asustar e intrigar a la gente, que implica un cuidado constante por toda la vida y la medicina, es probable que afecte su normalidad.

Entonces, entre incrédula y asustada, por fin identifiqué ese sentimiento famoso de las mamás que en ocasiones como éstas se nutre de ansiedad e impotencia, pero no encuentro un sólo Blog que me ayude a entender tanto concepto y a estar tranquila . Me doy cuenta entonces que ser mamá no es un estado, no es un oficio, no es una vocación, no es sólo una elección, no es una moda, no es un error, no es una carga, no es un curso para graduarse... es un PRIVILEGIO que en algún punto te hará estrenar el corazón y poner a prueba tu alma.

Empiezo a solidarizarme con todos los papás y mamás de hijos con problemas de salud en el mundo, cualquiera que sea su padecimiento, por que  daría mi propia vida, una y mil veces a cambio de la completa mejoría de mi niña. Siento que a sus escasos casi 3 años, merece más energía y vitalidad que yo, y quisiera poder arrancármelas del cuerpo para dárselas a ella. Siento que me quiero enfrentar a todo y a todos para verla siendo siempre una Motocicleta vieja, loca y sin frenos como hasta ahora; y de seguro todos los papás sienten lo mismo que yo. Nisiquiera puedo imaginar por lo que pueden pasar aquellos que pierden sus hijos en manos de una enfermedad.

Cualquiera que sea el coaching, el libro, el consejo, el programa de televisión o la página web que nos ilustre, ahora sé que nunca estaremos preparados para enfrentar un quebranto de salud ni propio ni mucho menos en nuestros hijos, y ese manual es el que más hace falta.

Te pido disculpas amor, por que aveces he deseado irme de viaje con amigas como veo en facebook que otras lo hacen, te pido disculpas por envidiarlas y sentir que eres tú quien me lo impediría.

Te pido disculpas princesa, por que aveces pierdo la paciencia con tus gritos y lloriqueos pero no logro entender las necesidades que te los motivan.

Te pido disculpas hermosa, por que en muchas ocasiones realmente disfruto enormemente de hacer deporte y dejo de darte más horas de mi día a ti.

Te pido perdón, por las veces que he preferido ver una película en vez de seguir jugando contigo.

Señorita Miranda de mis sueños y mis ilusiones, excúsame por no haber hecho cursos psicoprofilácticos, por haber tenido que volver a la oficina un mes después de tu nacimiento, por dejarte comer papas fritas y Nucita, por compararme con otros y desear tener más éxito profesional y no contentarme solo con tenerte a ti, perdóname las eventuales peleas con tu papá, perdona por haberte dejado caer del coche alguna vez, por confundir las acelgas con guascas para tus sopas, por no dejarte usar plastilina en la casa para que no ensucies. Perdona todo lo malo que no he sabido hacer y déjame unir toda mi fuerza a la tuya para sacar este momento adelante.

Perdóname, por que no hay una fiesta, un viaje, un lujo, un buen negocio o un reconocimiento más importante que tu sonrisa.


1 comentario:

  1. Bibi, creo que cualquier mamá, con hijo sano o enfermo, con problemas y sin ellos, siempre nos sentiremos culpables pero sabemos que no hay amor más grande que el de nosotros. Y los has dicho bien: es un Privilgio tener un hijo y Miranda estoy segura que con una sonrisa te regala hasta el cielo y todo se te borra. Los niños tienen magia. Te mando un abrazo :)

    ResponderEliminar