miércoles, 27 de abril de 2016

DESCONFIO DEL PROCESO DE PAZ POR QUE NACÍ EN 1980





Desconfío del proceso de paz y sus buenos resultados! Sí! por que a mis 36 años he visto como la sociedad Colombiana no solo se queja de la delincuencia sino que a la vez, la va propagando, transformando, permitiendo, excusando e incluso, modernizando. Entonces, mi argumento es que no sólo se trata de una política de Estado sino de las entrañas de nuestra sociedad. Mi pregunta sigue siendo si, todos aquellos que han vivido sus años al servicio y dentro de la violencia, realmente pueden cambiar su estilo de vida? o si tan solo se cambiarán el nombre y de cabecillas para seguir traficando drogas, subsidiándose a costa de los honrados y desgraciando a nuestra juventud. 

Crecí en una época de grandes temores y permanente zozobra, donde las Toyota Burbuja polarizadas dominaban las calles, operarse las puchecas era lo envidiable, Cali y Medellín eran ciudades calientes de lujos muy lobos y Amparo Grisales se daba picos con Margarita Rosa de Francisco. 

Me acuerdo perfectamente de la angustia que todo el tiempo se sentía cuando una moto con parrillero se acercaba al carro en el que uno iba. Recuerdo, las caras de incertidumbre de quienes eran profesoras de mi colegio el día en que murió Carlos Pizarro, que las obligaba a montarnos a la ruta rapidito, esperando lo peor.

Recuerdo como las ventanas de mi casa se estallaron el día en que el Atlético Nacional ganó la Copa Libertadores de 1989, por que el local de Drogas La Rebaja donde yo compraba el Desenfriolito, en frente, explotó justo en el momento en que pitaron el fin del partido.

Recuerdo que si un carro desocupado duraba más de 20 minutos parqueado en algún lugar, uno debía llamar a la policía de inmediato por que de seguro podía ser una bomba. Recuerdo que nadie podía siquiera mirar, mucho menos hablarle a la novia de ¨un duro¨ por que se ganaba un balazo, sin ninguna misericordia. 

Recuerdo como si fuera ayer, el verdadero miedo de mi mamá, el día en que mataron a Pablo Escobar, pensando en cuantas bombas explotarían en el país y si mi familia estaría segura. Recuerdo las muertes del DAS, las del Centro 93, de los policías por los que se cobraba recompensa, perdí a mi tío favorito por la demencia de algún matón que dejó a mis primos sin padre y a mi abuela sin hijo, y vi a mi papá por muchos días, absolutamente asustado y prevenido, después de que falsos funcionarios del F2, lo bajaron de su carro, le quitaron la ropa, amarraron sus manos y lo botaron a un caño cerca de la calle 80.

Fui creciendo y a pesar de una nueva constitución política, después de la pesadilla de los carteles empecé también a entender y a sufrir la nueva forma de violencia, la transformación de nuestros malos hígados; esta vez desde el monte, en grupos grandes, organizados, bien armados y con dirigentes igual de sanguinarios. Atrás quedaban los extraditables y sus sicarios y se nos hablaba entonces de las Guerrillas, apoyadas por mamertos pero que también secuestraban para extorsionar comerciantes, también descuartizaban a sus víctimas pero además, desplazaban a campesinos de sus hogares, violaban a mujeres de sus filas y las obligaban a abortar,  se tomaban territorios enteros para su establecimiento, sembraban minas para robarle las piernas a nuestros militares, reclutaban menores de edad, cobraban vacunas y se tomaban eficientemente al país.

Entonces, el miedo ya no iba en moto por algunas ciudades, sino que se adueñaba de todas las carreteras nacionales, siendo incluso riesgoso viajar a Melgar por que no se sabía si en la Nariz del Diablo nos salían ¨los muchachos¨ para raptarnos o quemar el bus en el que fuéramos.

Paradójicamente, ese grupo que pretendía defender los derechos del pueblo como lo serían los de mi familia, de un momento para otro, sin razón, nos dejó sin nuestra casa y nuestros bienes en la Represa de Prado en el Tolíma, de donde todo el mundo salía locamente, dejando aquello por lo que trabajó, con la única esperanza de seguir con vida y proteger a sus hijos.

Como respuesta, la cosa se ponía más negra, por que no contentos con lo anterior, los colombianos nos organizábamos con la excusa de defendernos, en escuadrones más radicales y matones. Nos enfilábamos bajo el nombre de Autodefensas y generábamos otro foco de atrocidades. Defendiéndose por haber sufrido la grosera violencia de las guerrillas y en vista de la penosa inactividad, incapacidad o complicidad de nuestro Estado, estos nazis desenfrenados, empezaron sus limpiezas sociales, que acababan con pillos degenerados, pero también con muchísimos inocentes que a nadie le habían quitado o hecho nada y por tanto no merecían morir.

Entonces nos vimos en una especie de Sandwich entre los malos y los muy malos, que nos limitaban la locomoción en nuestro propio país y compraban más y más políticos.

Después de que Uribe, ¨desarticuló¨ a sus amigos para quedar mejor, entonces surgieron las BACRIM. Que chimba! una nueva forma de delinquir que solo nuestros feroces cerebros colombianos podían inventar!!!!

Hoy, estamos hundidos entre bandas de crimen en las ciudades, ya no de estatus rural sino urbano, también organizados y reciclados entre ex-guerrilleros, ex-paramilitares y delincuentes comunes que se unen para ver como siguen jodiendo a nuestra sociedad! El tráfico de droga continúa, ya no se llama Calle del Cartucho sino El BRONX, las mujeres ya son ladronas temidas en ejercicio de su derecho a la igualdad,  los robos aumentaron y se ha apoyado masivamente a los jóvenes para no estudiar y dedicar su pereza a trabarse mejor. 

Además, sin sentirnos satisfechos con toda esa violencia que no nos deja sacar el celular en una calle, entre los más privilegiados que podemos sentarnos al frente de uncomputador, nos amenazamos entonces por redes sociales, nos acosamos, nos discriminamos y usamos la tecnología para infundir miedo o para fortalecer a los malos.
Todo lo que alguien dice es atacado, con comentarios resentidos, groseros e incluso vulgares, y tememos del ácido, como si fuera algo más de la modernidad!

De la mano con todas las tendencias anteriores, siempre han estado nuestros amados políticos. Elegidos por nosotros mismos, que desde sus curules, ponen a sus amigos en los mejores cargos privados para contratar con el Estado y ganar un dinerito extra para mandar a Panamá y luego decir que se trata de patrimonios inactivos. Nuestros gobernantes de corbatas Hermes, almuerzos en el Metropolitan y tardes de Golf en el Country; que esfuman nuestros tributos en viajes en helicóptero, clase ejecutiva o cruceros; nuestros dirigentes que prefieren dejar a los niños de muchos colegios sin merienda antes de no comprarse sus Ferragamo. Los que acaban con todos nuestros recursos naturales para complacer petroleros, cómplices de estafas masivas como las de Interbolsa o las Ambulancias. Nuestros lindos Colegiados que se rifan las comisiones y nos obligan a darle los mejores puestos a sus hijos, sin que le hayan ganado a nadie, siendo viceministros a los 23 años y Ministros a los 30. Los que se inventan títulos universitarios para descrestarnos, a los que le damos nuestro voto a cambio de mentiras y un tamal caliente, aveces sin pan.

Hice tareas con luz de Vela mientra Gaviria justificaba una crisis energética, muy parecida a la actual. He visto como el no muy honorable Ernesto Samper cumplió todo su mandato a pesar de su visible complicidad con los delincuentes que lo financiaban, como Andrés Pastrana en un acto tonto e inexcusablemente ingenuo, entregaba parte del país en bandeja de plata para permitir el crímen; como Álvaro Uribe escondía su endemoniada amistad con los paracos multiplicando falsos positivos y como ahora, quien fuera su gran escudero y ahijado Juan Manuel Santos, legitima la improvisación y la corrupción administrativa que es la más reprochable conducta de todos los tiempos a cambio de figurar en la historia como el Gobierno en el que se logró una no muy probable PAZ.

He visto y veo todo el tiempo como entre los que son ¨divinamente¨ hay  acusados y condenados por acoso laboral, lavado de activos, evasión de impuestos o que muestran su pipi siendo funcionarios públicos, y NO PASA NADA!!! siguen ocupando grandes cargos y seguimos diciéndoles Doctor, aunque en el fondo sepamos que son una joyita que acaban con todo!

Por eso, aunque haya pena carcelaria para todos los guerrilleros que se unan al proceso de paz, desconfío! por que el tema de la paz no solo depende de la estructura legal que se le dé sino de los humanos que la ejecuten y se ha visto en el tiempo que la libertad y el diálogo para acabar la delincuencia colombiana solo han servido para su mutación y por que con mano dura tampoco se logra. 
La paz es un tema de acción colectiva y organizada, de lo cual aunque muchos me odien, yo creo que carecemos, mucho más hoy, que como padres y como profesionales, sin darnos cuenta, alentamos a nuestros hijos a ser peliadores por maricadas, a reaccionar a los gritos, a odiar a los que piensan o actúan distinto, a darle un codazo al de adelante para llegar primero, a discriminar sin razón, ... a ser simplemente: VIOLENTOS. 

Pago impuestos muy altos para respaldar el proceso de PAZ y los seguiré pagando para el Postconflicto, pero: DESCONFÍO de sus grandes bondades si entre los ciudadanos seguimos creyendo que SER PILLO PAGA!

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