Hace años que sueño con poder sobrevivir como Carrie Bradshaw, aunque sin el primer par de Jimmy Choo.
He anhelado locamente que las millones de tontadas que se cruzan por mi cerebro mientras contesto una demanda o redacto un manual de franquicia, se vuelvan productivas o al menos amenas para otros y sobre todo, he fantaseado con sacar una que otra sonrisa en los valientes que me lean, sabiendo que puedo ser NO talentosa para esta vaina.

 Hoy, me arriesgo a sugerir este espacio que me permite compartir con cualquier parroquiano mis ideas, huevonadas, miedos, frustraciones, rabias, alegrías, taras, mal lenguaje y hasta errores de ortografía, recordando que será tan subjetiva como light para los intelectuales de la Internet, aburrida para los menores de 30 años, exagerada para los muy tranquilos y completamente inútil para la gran mayoría.